Entre tantas cosas bellas que encontramos en Carama, hay una carencia muy grande y muy triste: no hay agua potable o mejor dicho no hay agua. La gente se reúne un poco de agua cuando llueve y si no llueve, imagínense! Cerca al colegio hay un lecho de río que tiene dos pozos o charcos de agua estancada, de ahí saca la gente agua para cocinar y para tomar…Los productos del cultivo de la tierra son mayormente la papa, el maíz, el trigo y otros. Una vez al año tienen duraznos, tunas, higos, pero después se alimentan de papa, trigo y  mote porque la carne casi no se ve, porque además no hay transporte y salir hasta Yamparaez o a Sucre a pie, resulta muy lejos y cansador.

Termino contándoles el encuentro con don Rómulo y doña Paulina, unos ancianitos de más o menos 80 años que viven en la punta del cerro, no exagero, en la punta del cerro; pero para llegar a su casa hay que cruzar tres quebradas, o sea, bajar hasta el lecho del río, subir el altísimo cerro y así por tres veces; no hay camino, hay que hallar senderitos o cuidarse mucho de no resbalar porque las subidas son empinadas.  Con 4 chicas llegamos a sus casitas de piedra llevándoles un poco de víveres y de ropa que ellos agradecieron mucho, nos hicieron sentar y nos invitaron mote. Comimos con gusto porque sabemos que nos ofrecían todo lo que tenían. Al despedirnos nos acercamos a doña Paulina y mostrándole el cielo le dijimos: Dios, allí está Dios y está aquí, El te quiere, El te cuida! y ella, también mirando el cielo nos respondió: si Dios.

Todas, las 26 chicas de la Promoción D CANUM 2021 del colegio María Auxiliadora de Sucre, la profesora Ximena Villarroel, la secretaria Ximena Lopez Lora, sor Sandra Real Fuentes y sor Rosario Palenque Encinas estamos muy contentas, con el corazón renovado y muy agradecidas a Dios por haber podido conocer y encontrarnos con la gente de Carama. Dios y la Virgencita los bendigan y que nunca les falte el pan de cada día.